domingo, 28 de julio de 2019

Por fin

Ya han pasado unos días desde que conseguí alcanzar unos de los objetivos laborales que me puse hace años y que he sido capaz de asimilar poco a poco. 

El proceso no ha sido fácil pero tampoco puedo decir que haya sido imposible. Tal vez las variables de mi entorno que era capaz de manejar y las que no han ayudado a que me centrase aún más en estudiar y en no pensar. 

A lo largo de estos meses he llorado, reído, desesperado, cansado... he pasado por mil estados de ánimos... días en que pensaba en abandonarlo todo y no volver a intentarlo y otro en que encontraba las ganas en cualquier cosa. Había momentos que necesitaba hacer llamadas de auxilio para que no me dejasen caer o simplemente para que escucharan mis quejas y desesperación. Esas personas se merecen un templo porque pocos aguantan 6 meses de lloriqueos y quejas. 

No se que me depara ahora el futuro, pero si sé que tengo miedo a los cambios, a no saber si he hecho bien algunas de mis elecciones, miedo a volver y que las cosas ya no sean igual, miedo a echar de más de menos que nunca, miedo a una estabilidad, miedo en general. Pero es un miedo con sonrisa porque he conseguido lo que tanto desee y por lo que tanto he luchado este año.