domingo, 25 de enero de 2015

Culpa mía

Soy de esas personas que huyen con un problema, de esas que prefieren meter la cabeza bajo tierra y hacer como que no ocurre nada aún si todo se ha torcido, sin darse cuenta que eso no hace que el mundo se pare y las dificultades desaparezcan. Pero luego soy  también de esas personas egoístas que si no salen las cosas como espera también se molesta, soy inmadura por naturaleza o lo era, porque todo ha cambiado. 

Es culpa mía la situación que vivo, no es de nadie más. No puedo echarle la culpa a nadie, de lo que yo vivo en mi vida. Y es que no me gusta como estoy viviendo algunas cosas y como he vivido otras, porque ahora involucran a gente que de verdad quiero y sinceramente es una m_ _ _ _ _. 

Necesito solucionar una parte de mi vida, y sinceramente aún no se muy bien como voy a hacerlo, pero se que se me acabó el miedo, si todo tiene que explotar que lo haga, protegeré como mejor pueda a los que me rodean si hace falta haciendo de escudo. Pero ya me cansé del miedo, porque si yo pierdo no seré la única, porque madurar también es saber aceptar que tus actuaciones tienen consecuencias sean justas o injustas. Y porque no es ya por mí, sino por los que quiero, porque se merecen mejores cosas que las que les estoy dando. 


miércoles, 14 de enero de 2015

¿Príncipes azules?

No me gustan los príncipes azules, ni los quiero, porque ni soy princesa, ni de ningún color que quede bien con el azul. Tampoco busco un super héroe que solucione mi vida y problemas, que me coja en volandas y me proteja. 

Quiero golpearme en la vida, quiero sentir la dureza del suelo, el salado de las lágrimas y el sabor de la sangre, quiero sentirme viva y vivir. Pero si quiero alguien que me pregunte como estoy, que me ayude a sanar, que me quiera y se preocupe por mí, que sólo con mirarme a los ojos o escuchar el tono de mi voz comprenda que no estoy bien. 

Me gustará que en los días buenos planee conmigo viajes a sitios desconocidos, que me llame de forma inesperada y de forma cariñosa, que decida jugar conmigo una partida de ajedrez o simplemente me cuente su día a día. Pero también me gustará que en esos días malos sea capaz de no ser príncipe y ser sapo, de decirme lo que piensa, de nunca hacerme escuchar lo que quiero y sin necesidad de hablar hacerte saber que está. 

Prefiero mi sapo, un sapo con imperfecciones, un sapo verde o marrón, un sapo que le guste jugar y no matar dragones, que decida malgastar su tarde de domingo en casa contigo a salvar el mundo, que en lugar de utilizar una espada utilice sus palabras y su mirada. Un sapo que haga real la historia y no un sueño maravilloso, porque cuando se despierta todo se esfuma. 

 

jueves, 8 de enero de 2015

Llegará alguien...

Hay días que no entiendes como, ni porque, una conversación intrascendente con alguien, toma una relevancia insospechada en el primero de los saludos. Y te das cuenta de que esas palabras que se dicen van más haya de un simple hola, que te sientes cómoda hablando de temas que creías no hablarías y tampoco sabes muy bien como se han llegado a ellos, pero lo cierto es que no te importa. 

Y puede que no tenga importancia si solo sucediese una vez, pero la cosa se "complica" y me refiero con ello a intuir que no hay marcha atrás por el grado de confianza que se va obteniendo, cuando te das cuenta de que pierdes las barreras que tienes y que no hay incomodidad con ningún tema. Cuando puede que te enfades por algo y no te estés preocupada porque vaya a desaparecer, sino en simplemente dar tus argumentos para que te entienda, o cuando sabes que hay cosas que quieres cambiar en ti por no hacerle daño a él. 

Y en definitiva, todo esto se trata de saber o imaginar que alguna vez pasará, que llegará alguien a mi vida que me haga ser yo misma y ser feliz. 

lunes, 5 de enero de 2015

Cambiamos de año

Empieza un nuevo año con 365 oportunidades de hacer cosas bien, de proponerse cambiar pequeñas cosas que no terminaron de gustarnos en el año que se nos ha ido lleno de recuerdos, de luchar por mantener otras o simplemente de adoptar nuevas costumbres. 

No importa cuál sea la situación que estamos viviendo, estoy segura que todos tenemos siempre algo por lo que sonreír. Tenemos siempre dos opciones y hay que buscar siempre aquella que consigue mover esos músculos faciales que nos sacan una sonrisa. 

Siempre me gusta hacer balance del año que termina, mucho más que hacer propuestas para un nuevo año que probablemente deje olvidadas en un papel. Y si lo miramos de forma general puedo decir que ha sido un año bueno, mucho mejor que el 2013. Que este año me ha traído gente importante a mi vida, gente con la que se que cuento, que la vida me sigue enseñando cosas, pero me da nuevas oportunidades de intentar otras. Y sobre todo me ha enseñado a ver que la felicidad sólo hay que buscarla no esperar que llegue y puede que esté en gente y cosas que nunca antes habías pensado o dado oportunidad. 

Y quiero acabar esto con dos de los mejores consejos que me han dado en este año que ya se ha terminado: "Nadie vale más que tú" y "Si está seguro de algo no importa como te expliques que conseguirás que te entiendan".