martes, 28 de febrero de 2012

Dos caras contrapuestas

Imaginad que dentro de vosotros existen dos personas, la positiva y la negativa, la seria y la sonriente, la espontánea y la tímida... y así un largo etcétera de adjetivos contrapuestos. Pues bien, digamos que hoy yo soy el conjunto de dos personas conviviendo en un mismo cuerpo... y según el momento prevalece una sobre la otra. 

La mayor parte del tiempo, me acompaña esa faceta seria, ese no sonreír, esa negatividad cargada de pesimismo, algo no propio de mi. Y por momentos, tengo esos rayos de esperanza, esa positividad, ese decir puedo y continuo, ese no abandonar (como siempre he sido y soy). 

Pero también se que no se trata esta vez de que tipo de persona soy o de como me gustaría a mí ser, sino que es la situación la que me va a decir como actuar y qué actitud voy a tener que tomar. Claro que eso no quita el que yo siga siendo yo y esa cabezonería no me deje dejar nada a medias, que aunque vaya directa a chocarme contra un muro, lo haga con todas mis fuerzas, porque la esperanza es lo último que se pierde y confío en que ese muro infranqueable, tenga una debilidad.

Porque sin ninguna duda, me gusta mucho más el sentimiento que deja una sonrisa, que el agrio sabor que te da una lágrima o una cara seria por horas. Y nada es suficiente para intentar sonreír durante todo un día. 

lunes, 27 de febrero de 2012

Máscaras

¿Verdad que son bonitas las mascaras? Cuando no se ven puestas, cuando no las lleva nadie de tu alrededor, cuando están sobre la mesa o escondidas en un armario, realmente son un complemento que a todos nos gustan. Son llamativas, como poco. 

El problema se presenta cuando hay que hacer uso de ellas. No nos gustan que las personas que están cerca nuestra se las ponga y menos en nuestra presencia. Tampoco nos gusta vernos obligado a usarlas, porque da igual quien sea la persona que lo use, significa que lo que vemos o hacemos no es cierto, sino mentira y que detrás de esa realidad fingida, hay mucho más escondido.

Pero hoy en día, seamos nosotros, sea las personas que nos rodean, sea la sociedad, nos obligan a vivir con una máscara escondida a nuestras espalda preparada para utilizarse en el momento preciso. No es algo que esté mal, no juzgo el vivir con una máscara, pues no todas nuestras caras les agradan a todo el mundo. El problema es tener que vivir con ella puestas indefinidamente.

Y todos, queramos o no, tenemos una, todos. No me gusta llevar máscara, significa que no soy yo realmente, pero tampoco me arrepiente de cuando la he utilizado y no desecho la idea de tener que volver a utilizarla. Porque hay veces que con una máscara puesta para los demás, realmente se puede llegar a ser feliz, ya que las personas que realmente queremos que nos vean, lo hacen a través de ella.

Además, existen diferente tipos de máscaras. Están aquellas que cubren todo nuestro rostro y no dejan más que al descubierto nuestros mirada. Están aquellas que cubren solo media cara pero con grandes adornos y parece ocultar mucho más, y esas que apenas y si cubren la zona de los ojos. Pero sea cual sea la que utilicemos, en el momento que la utilicemos, si alguien nos mira directamente podrán mirar y ver la verdad que no se puede ocultar en una mirada. 

domingo, 26 de febrero de 2012

Punto y ...

Hay momentos en los que el libro de tu vida escribe en sus páginas un punto y seguido, otras en las que es un punto y coma, otras en las que aparece un punto y a parte, y por último otras en las que se puede ver un punto y final. 

Pero ¿porqué la gente puede escribir en él cuando se trata del libro de TU vida? Se supone que soy yo la persona que lo escribe, la que decide que punto quiero poner, si deseo terminar una historia, o continuarla con un nuevo párrafo. Pero no una persona que ya tiene su libro, en todo caso puede opinar, puede preguntar, puede aconsejar, pero no escribir, eso debería de ser prohibido, tiene que ser prohibido.

Lo escrito ya no puede ser borrado, porque estos libros tienen la cualidad de ser indestructibles e imborrables... pero se puede continuar una historia, se puede volver a empezar otra, se puede reescribir frases que ya se escribieron para volver a vivirlas y sobre todo, yo puedo volver a coger el bolígrafo y ser yo la persona que escriba. 

El único problema es que nunca sabes como se continua la historia hasta que no la vives, por eso deseo vivirla a partir de ahora como yo quiero. No quiero ser un títere de nadie y tener que alejarme de lo que yo quiero porque otros crean que es mejor. Es mí vida, no de ellos. Se supone que yo decido, yo escribo. Si me equivoco será mi error, si acierto será mi acierto. Pero no puede venir nadie a decir por mí.

sábado, 25 de febrero de 2012

Esconderse

Voy a esconder la cabeza en algún sitio. Voy a ocultarme de la luz y hasta de las sombras, si es que eso se puede.... Voy a callar todo lo que realmente pienso a algunas personas solo porque eso será mejor para mí, voy a ser hipócrita con esta vida y voy a dejar que me machaque un poco, sólo hoy y esta semana, para con el tiempo poder machacarla yo a ella. 

Fastidia, mucho y demasiado. No se puede ser una misma, ¿verdad? pues está claro que no. Bueno pues entonces le daré a la actuación y desempolvaré mi máscara de donde estaba guardada por mucho tiempo. Y mi verdadero yo, se esconderá detrás de esa cara que no es la mía, o incluso debajo de un vaso, donde sea, no me importa... todo esto es lo correcto... o eso es lo que todos los factores me dicen, lo que cada resquicio de mi día a día, me chilla, incluso por encima de mi voz. 

Estoy cansada de no comprender, de no entender lo que para otros es tan claro. ¿Acaso vivo en un universo paralelo? Pues parece ser que así es. Porque no entiendo que lo que no hace daño a nadie, parezca herir tanto a los demás. ¿Tanto le importa a los demás mi vida? Si yo soy feliz.... ¿no deberían de ser el resto felices? Pues no, claro que no. Eso sería demasiado sencillo. 

viernes, 24 de febrero de 2012

Empujando lejos

Está claro que la calma nunca se queda el tiempo suficiente para que nos acostumbremos a ella. Y que cuando todo parece ir bien, de la mejor manera posible, de la manera soñada... llega alguien o algo que interrumpe y se cuela en tu mejor momento para oscurecerlo, para darle sombra a esos colores que iluminan tu vida. 

Estoy empujando esa tormenta que se avecina. He escuchado truenos y visto algún relámpago, pero aún no está encima y puede que pase de largo si le empujo con suficiente fuerza. No voy a desistir en ello, voy a utilizar ese empeño que me caracteriza y ese no desfallecer. 

Sé, que no tendría que tener la necesidad de hacer esto, no deberían de ser las cosas así... pero ya que no está en mi mano cambiar nada, acepto lo que tengo, porque he ganado más que perder,  porque difícil o no yo he decidido y yo decido. 

miércoles, 22 de febrero de 2012

¡Preparados, listos, ya!

¡Preparados, listos, ya!...

Comienza la cuenta atrás. 192...191...190... Son muchos números los que tengo que contar.... algunos se pasarán muy rápidos, y serán aquellos en los que esté durmiendo. Otros se pasarán muy lentos, aburrida, pensando, recordando, queriendo lo que no tengo.... y otros me entretendré con cualquier cosa para que el tiempo que pasa no se me haga tan largo.

Mi puente termina el miércoles. Un puente diferente, un puente en casita, sin salir fuera a pesar de todo el tiempo que puedo tener. Realmente no quiero ese tiempo... pero voy a tenerlo sin pedirlo. No se como terminaré tantos días, pero llegarán a su fin, y sin que yo pueda hacer pasar el tiempo más rápido y aún así haciéndose muy lento para mí. 

Es ahora mismo, y ya estoy viendo como mi reloj va avanzando y voy restando minutos. Sonrío porque cada vez queda menos, me pongo seria si pienso en la totalidad de tiempo y sobrevivo con pensar. Tengo cosas para entretenerme, cosas en las que ya se como emplear mi tiempo, para poder sonreír un poquito, y un regalo que me han hecho hoy para sonreír muy ampliamente. Y es que con esto tengo que aguantar hasta el miércoles. La cuenta atrás comienza.... ¡ya!

martes, 21 de febrero de 2012

Libro abierto

Estoy aprendiendo mucho últimamente de mi misma. Creo que empiezo a conocerme mucho más de lo que me había conocido hasta ahora y que existe gente que me conoce aún mejor. He podido verme reflejada en las personas que me rodean, aprender que soy una persona que sigue pautas, que puede que resulte fácil de leer.


Tengo mil caras, una para cada momento. Se me nota cuando estoy feliz, cuando estoy enfadada, cuando estoy pensando, cuando estoy incómoda, cuando estoy agobiada, me brillan los ojos si realmente me gusta algo... en definitiva, alguien fácil de leer.


Además, como todos, tengo expresiones y pautas de comportamiento que siempre utilizo, un decir "estoy bien", mirar una pulsera, bajar la mirada... son sólo algunas de las cosas que hago de forma inconsciente. Y hoy se me ha hecho muy divertido saberlo, porque estoy segura de que cada vez que lo vuelva a hacer, sonreiré pero continuaré con ello. 

Porque estoy aprendiendo que así soy yo. Alguien con miles de detalles (como lo somos todos) y que puedo intentar cambiar mi manera de ser para intentar mejorar, pero que en el fondo no es sencillo y que la gente me conoce, sabe leerme interpretarme y con eso soy feliz, me da igual que sepan, como si averiguan que pienso en ingles o en español, esa soy yo. 


lunes, 20 de febrero de 2012

Teatro

Ayer se celebró la gala de los Goya. Una gala larga, entretenida y amena. O eso dicen todas aquellas personas con las que he hablado y la ha visto. Yo sin embargo, opté por aprovechar mi tiempo en cosas más productivas, ya que me parece que hay premios de actuación que le sientan mucho mejor a otras personas que a grandes actores y actrices ya reconocidos por todos. 

Existe gente que vive en una gran actuación día a día, y que lo hacen tan bien que nadie se da cuenta de lo que se esconde detrás de una sonrisa o detrás de una palabra amable. Que su modo de viva está sobre un escenario, que los pasos más seguros que da son sobre las tablas y que no se conocerá su verdadero rostro, sino la careta que oculta su verdadera personalidad. Esas personas son las que deberían de tener un Goya, por ser capaz de ser así durante todo un año.

Luego están los personajes secundarios de la historia. Esos que se encuentran con el gran actor y que dependiendo de la personalidad, son arrastrados por él y mentir será otra de sus características, o bien simplemente se dan cuenta de la verdad, son listos e inteligentes y permiten que sigan con la actuación pero prefieren verlo desde las gradas, quizás en un palco, para poder aplaudir en aquellos momentos que le vaya bien. 

La vida es un poco así. Nos encontramos todos los días con grandes actores, con sonrisas que no lo son y con palabras que no se piensan, sino que se recitan. Y todos, alguna vez hemos sido esos grandes actores, esas personas que ocultan algo y que no quieren que los demás lo sepan. No juzgo a quien lo ha hecho o quien lo haga, pero creo que muchas veces sería necesario un mundo sin actuación. 

domingo, 19 de febrero de 2012

Querer y no poder

He descubierto algo en los últimos meses. Y es que por mucho que la gente te diga, haz aquello que quieras, haz lo que realmente te hace feliz, muchas de las veces no es posible hacerlo. Si no que primero está el deber y luego el querer.  

Esto me ha llevado a aprender algo más. No se aceptar las cosas cómo vienen y más aún si esa llegada no es algo que yo hubiese esperado y querido. Y en lugar de buscarle un lado positivo, y aprovechar la situación sacandole el mayor partido posible, lo que hago es ser más pesimista de lo que es posible ser, así que ya se que debo de buscarle una solución a esto.

Estoy segura de que se me seguirán presentando momentos en los que no prevalecerá lo que quiera, sino lo que debo, en los que querré con toda mi alma hacer algo o estar en un sitio, y ya sea el tiempo, el espacio, el deber, la conciencia, me lo impedirá. Pero puede que luego, después, encuentre un momento en el que me sea recompensando, de una manera u otro. O eso quiero creer. 

jueves, 16 de febrero de 2012

Be happy

Me han repetido y me han dicho, que no es lo mismo "estar feliz" que "ser feliz". Me dicen que estar feliz es un momento pasajero, sentir algo con alegría en un momento; pero que ser feliz es estarlo todo el tiempo y aún teniendo problemas el sentimiento de que hay algo mejor y puede que todo esté bien esta ahí siempre. 

Pues bien, creo que me puedo declarar una persona feliz, soy feliz. Es cierto que el ser feliz, no me quita de momentos en los que lo pase mal o de ratos desagradables, pero si freno en mi día a día y pienso en lo que tengo, me doy cuenta que lo tengo todo.

Soy afortunada y feliz. Tengo a mi familia, que entre mejor o peor, esta ahí siempre. Tengo a mis amigos, y amigos con mayúsculas, de esos que nunca fallan. Tengo un trabajo, tengo sueños y aspiraciones, tengo unos estudios, tengo tiempo para mi y para dedicarle a los demás, tengo todo lo importante para vivir, comida, casa, oxígeno. ¿Qué más puedo pedir?

Tal es mi positivismo hoy, que me parece hasta importante tener momentos por los que estar mal, porque significa que algo me importa lo suficiente como para dejar que me afecte, ¿no? Y si tanto me importa se que debo de tener fuerzas para arreglar el problema que sea.

Por todo esto, mi mensaje hoy es esa famosa frase que muchos conocemos "Don't worry, be happy"

Días de tormenta

Hay días en los que es mejor no levantarse de la cama. Porque si algo puede salir mal, saldrá mal, y si no, también lo hará. Ayer fue desde la tarde un día negro, de esos que prefieres olvidar porque se hacen pesados y el ambiente que respiras por la tarde no ayuda. 

Hoy ha terminado mejorando notablemente.Aunque la tormenta tuvo su punto álgido al principio de la tarde. Se ha solucionado todo lo que me preocupaba y parece que el encadenamiento de incidentes nefastos en mi vida ha dicho "stop". Puedo cerrar los ojos y respirar. Cerrar los ojos sin miedo y sonreír, justo como hago ahora.

De todo se aprende, o eso dicen. Pues yo he aprendido algo. Y es que cuando una tormenta llega sin avisar, nunca se está preparado para afrontarla. Pero tienes experiencia de otras anteriores, puedes prevenir mucho más rápido, hacer las cosas mejor y sobre todo saber que si sobreviviste una vez, vas a hacerlo muchísimas más, que si te mojas un poco y el agua te salpica, eso no importa, porque secará sin dejar huella. Y cuando todo termine, el sol volverá a iluminar cada uno de tus días. 

lunes, 13 de febrero de 2012

Recuerdos olvidados


He descubierto hace unos días que he perdido recuerdos importantes de cosas que me han sucedido en el último año de mi vida. Y me ha dado mucha rabia. 

Se que tienen que estar en algún lugar de mi mente, estoy segura, por eso busco y miro fotos que consigan traer a mí momentos olvidados, y que han contribuido a mi yo de ahora, y que por ello son de suma importancia. 


¿Por qué los he olvidado? Pues no lo se. Supongo que porque han llegado momentos más importantes que debo recordar. Cosas que han marcado mucho más mi día a día. Pero aún así no quiero que una semana de mi vida o momentos esporádicos caigan en una caja vacía de la cuál no pueda rescatar nada, y más que nada porque de eso no hace tanto tiempo que ocurrió. 

¿Dónde han quedado esos pasos que he dado? ¿Esas risas que eché o esas lágrimas que lloré? ¿Dónde están las conversaciones que tuve y los momentos que viví? ¿Detrás de un cristal empañado que no se deja ver? ¿Detrás de una puerta cerrada? ¿Acaso tiene un candado que debo romper?¿Simplemente ya no están? ¿Viví momentos para ser olvidado y no recordados? ¿Mi mente los ha bloqueado? ¿Han escapado de mi porque no se merecen el recuerdo? ¿Qué ha pasado con todos esos minutos de mi vida? ¿Es un pasado que no volverá?

Son importantes, lo sé. No es por el recuerdo, es por la sensación. Es porque me ayudaría a entender el proceso, el cambio. No los necesito y tampoco es que me vaya a obsesionar por no tenerlos conmigo, pero eso no quita que deje de ser raro. Se que ocurrieron pequeños detalles, cosas mínimas pero claves para que yo viva mi día a día como lo hago ahora. Qué fue lo que pasó, es la incógnita. Puede que algún día todos vengan a mí o que nunca lo hagan, sea como sea, me alegro de que sea lo que fuere que ocurriera, sucediera. 

domingo, 12 de febrero de 2012

Un pinchazo...

Me siento como los globos, estoy a un pinchazo de estallar. No me gusta, no soporto la situación. Tengo mucho coraje dentro, me falta que me digan "ey, tu" para o bien explotar y no precisamente de buenas maneras, o para venirme abajo y llorar. No se que reacción voy a tomar, lo único que se es que es tal lo que guardo que no se ni como ponerlo por palabras.

No puedo tener lo que quiero cuando quiero, no puedo decir lo que quiero porque mantener el silencio es a veces mil veces mejor. Escuchar y callar, asentir y.... ¡odio la situación! Necesito liberarme, necesito algo que me haga sentir mejor, porque la presión que tengo en el pecho me dice que no es nada bueno. Puede que no haya ayudado el chute de cafeína que me he tomado esta tarde, o que tampoco ayude que no haya habido nada que lo mejore. 

Sonrisas que se ponen por delante y caras largas que guardas para ti. Buenas palabras que les regalas a los oídos a los demás, y palabrotas e incongruencias que repites en tu mente una y otra vez. Guardar silencio y sonreír, mirar con agrado y que realmente tus ojos sean fríos como el hielo. Y todo para no empeorar una situación que por desgracia a lo lejos no se le ve arreglo. 

No puedo ser lo que no soy, pero es que tampoco estoy dispuesta a serlo. Si tengo que explotar que explote, mientras tanto volaré lejos de esa aguja que amenaza con hacerme perder los pocos papeles que guardo y que me hacen estar tranquila. 

Reorganizando...

Esta mañana, me he levantado con ganas de cambiar muchas cosas en mi casa y en mi vida. Las de mi vida no se trata sólo de mí el cambio, así que he optado por reorganizar cosas de mi casa como el armario.Y tengo que decir, que es algo que no me gusta nada. Pero me he levantado y lo he vaciado entero. Porque era un desastre, no había orden ninguno, nada estaba en su lugar, no había ni principio, ni fin. He sacado todo lo que había dentro, de una vez y con rabia y lo he dejado sobre mi cama. Ojalá muchas cosas se pudiese hacer siempre así, sin que nada se rompa. 

He desechado muchas cosas, las he sacado de mi armario y de mi vida. He dejado otras, con la seguridad de que muchas de ellas tampoco me las voy a poner, pero se quedan ahí por un "por si acaso..." (son aquellas cosas que nos trae recuerdos o no estamos seguros de que no nos atrevamos a usarlo de nuevo...) y luego he dejado aquellas que me encantan y estoy segura que volveré a lucir en algún momento, porque realmente me siento bien con ellas.  

No quiero volver a revisar el armario, pero sé que tendré que hacerlo... pero hasta ese día tengo la esperanza de que llegue algo, alguien que lo haga por mí. Que lo revise y decida, que me de esa ayuda y haga lo que yo no quiero hacer. Pero como con seguridad no será posible...así que me concienciaré de que en no mucho tiempo me tocará hacer lo mismo. 

miércoles, 8 de febrero de 2012

Voluntariado

Me gusta ser voluntaria. Es algo que creo que siempre he sentido y que siempre he querido hacer. Desde pequeñita me gustaba ayudar a la gente, después de mas grande lo seguía haciendo y sólo porque me gusta recibir ese gracias y esa sonrisa de saber que todo ha servido para algo. 

La gente se cree que ser voluntaria, es no recibir nada a cambio, pero están muy equivocados. Es cierto que no se recibe ninguna remuneración económica, pero se recibe sonrisas, abrazos y besos, miradas agradecidas y muchísimo cariño. Que un niño de solo 3 años, llegue corriendo a darte un besito y decirte, me voy a mi casa, muchas gracias por jugar conmigo, es algo que no tiene precio. 

Hace cosa de unos meses entré a formar parte de Cruz Roja con toda mi ilusión, pero hoy... ya no existe ese sentimiento que tenía al principio. Alguien me dijo una vez "se deja de ser voluntario cuando se siente obligación" pues bien, algo así es lo que me pasa. He aceptado muchas cosas, para sacar adelante muchos proyectos y ahora me veo agobiada, atada de pies y manos y con muchísimas cosas que hacer la semana que viene, a la otra y así durante un mes. Seguro que cuando todo termine estaré feliz de haber colaborado y participado en cada una de las intervenciones, pero justo ahora no hago más que pensar en que abandonarlo todo sería una buena idea. Mi moral no me deja, con lo cuál seguiré adelante con todo esto, sonreiré y seré feliz por ello, en la medida de lo posible, porque seguiré creyendo que ayudar de forma desinteresada es de las mejores cosas que hay en esta vida.

I love free things


jueves, 2 de febrero de 2012

De telepatía a complicidad

Se dice que hay gente que tiene el don de comunicarse de forma mental y que sin necesidad de palabras pueden entenderse perfectamente. Obviamente, yo no tengo ese don, soy incapaz de entender la mente de nadie, lo más parecido que puedo hacer es intentar ponerme en el lugar de la otra persona e intentar predecir que será lo que dirá o hará, por la manera que ha tenido de actuar antes. 

Pero hoy me ha pasado algo a lo que llamamos telepatía; y ha sido decidir escribir un mensaje cuando la otra persona también me lo estaba escribiendo a mí. ¿Podemos llamar a esto realmente telepatía? Sinceramente no lo se, pero resulta agradable y cuanto más curioso, el saber que hay una persona que ha pensado igual que tú. 

No quiero y no deseo poder leer la mente de nadie. Pero me gusta saber que hay personas con las que puedo entenderme solamente con la mirada, personas con las que sin querer un día puedo coincidir a la hora de escribir un mensaje aunque sea tu hermana, recibir una llamada cuando estoy pensando en la otra persona, o pensar un plan improvisado y que la otra persona también lo piense. Estas cosas me valen. Porque ya no es la telepatía lo que realmente te hace saber que es especial, sino que puede que en algunas cosas te haga ver que has llegado con esa persona a un punto, en el que vuestros pensamientos se cruzan y piensan igual, existe eso que se hace llamar complicidad. 

Por eso no quiero tener telepatía con nadie. Me vale con tener a veces la simple casualidad de coincidir en algunas cosas y sonreír por lo raro y extraño de la situación. Aunque lo que realmente me gusta, como supongo que a todos, es saber que la supuesta complicidad que se tiene con alguien ha llevado a ambos o bien a hacer lo mismo, decir lo mismo o pensar lo mismo. Eso si te saca una verdadera sonrisa.