domingo, 22 de septiembre de 2013

Cambios

Cuando la vida te cambia en un día, cuando el espacio se convierte en km y las risas en peleas, empiezas a plantearte millones de cosas. 

Ahora que estoy lejos de los míos, lejos de la gente que quiero y en un sitio donde todavía no encuentro mi lugar, entiendo la importancia de una abrazo, una sonrisa o la posibilidad de quedar para verlos. Echo de menos lo que fue y veo como a la vez que mi vida cambia, cambia la vida de la gente de mi alrededor, porque todo afecta a todo. 

Echo de menos esos cafés a deshoras, esas conversaciones hasta altas horas de la noche, esas horas y horas conectada hablando de todo y de nada, esas sesiones de cine de los domingos o esas palabras cariñosas que ya hoy no están. ¿Dónde quedó el pasado? Busco y no encuentro la solución a esto, no quiero ni pensar como se desarrollará todo, como será de aquí a unos meses...miedo es la palabra adecuada para expresar como me siento. 

Y mientras escucho el tic tac incansable de reloj, más me convenzo de que todo cambio implica una diferencia en mi vida. Pero ahora mismo voy a intentar que esa diferencia sea menos notable de lo que ya lo es, porque hay cosas en mi vida a las que no estoy dispuesta a renunciar. 


viernes, 6 de septiembre de 2013

Caminar

Hace tiempo deje de escribir aquí, más bien desde que sentí que perdí mis alas para volar. Hoy regreso. No porque las haya recuperado, que no es así (lo consigo poco a poco) sino porque quiero regresar, porque quiero escribir y porque quiero hacerlo. 

Los cambios poco a poco, no se notan, pero cuando son de golpe y en dos meses... todo cambia. Pierdes y ganas en un mismo segundo. Apuestas al caballo ganador y de repente se vuelve perdedor. Lo tienes todo claro y de momento no sabes ni que harás mañana. Y entonces sabes que lo único que te queda es improvisar.

Y luego, sin darte cuenta, la improvisación se desvanece en el aire porque vas haciendo de nuevo tu vida y te va gustando más. Ya no te encuentras perdida en un laberinto sin ni siquiera saber que hacer o que decir. Empiezas a organizarte y ves que te has hecho fuerte, que las cosas que antes dolían aún duelen, pero no con el mismo ardor y fuego que lo hacía antes. Que ya no eres dependiente. Y que has pasado una página que empezabas a desgastar de tanto mirar. 

De vez en cuando, vuelves atrás y revisas lo vivido y se te escapa una brillante sonrisa o una pesada lagrima. Y vuelva a doler o no, te gusta saber que ha sido tu pasado, tu historia y que por ende sigue siendo tu presente, guste o no guste, quieras o no quieras. A mí me gusta. Quiero parte de mi pasado en mi presente. 

Superarlo no es evitarlo, es afrontarlo. Y lo hago de pie, a pecho descubierto y con toda la fuerza que sacas hasta debajo de las piedras. Nada nunca será igual. Y a veces dolerá. No creerás igual y por supuesto no esperarás lo mismo. Pero me enseñaron algo... el tiempo todo lo pone en su lugar. Y las cosas han de ser así por alguna razón, una razón que no encuentras pero que hoy se me ha puesto a mí delante y que agradezco en el alma.