martes, 30 de junio de 2015

Reencuentros

Hay días en los que personas a las que no veías hacía mucho tiempo, te llaman para desayunar, comer o tomar un café. Y sientes esa alegría del reencuentro, esa sonrisa y abrazo al ver a una persona que hacía tiempo no sabías de ella, obviando más que algún esporádico mensaje en alguna red social que carece de todo tipo de cercanía por mucho que se intente lo contrario. 

Y entonces se comparte un rato de charla para poder comprobar que nada ha cambiado. Que nos hemos hecho más mayores, que las responsabilidades son más, que nuestras vidas han cambiado un poco, que empezamos a vivir nuestras propias vidas, pero la esencia sigue en ese mismo sitio donde se dejó. 

Seguimos riendo con las mismas historias, se recuerdan anécdotas, se reviven recuerdos, se cotillea sobre una nueva historia, un nuevo rumor. Y es que lo agradable de tener un amigo, es que no se necesita estar siempre en contacto con esa persona para saber que estará ahí a pesar de que al año a veces solo te ves una vez. Y entonces esos ratitos, ese café compartido o esos churros con chocolate pasan a tener un valor añadido. 

martes, 23 de junio de 2015

Última oportunidad

Esta era la última oportunidad, pero claro supongo que sólo lo era para mí. Se acabó el tiempo en este sofa, dormir en una cama de matrimonio, paseos oliendo a mar y películas en una televisión. Ya no hay más oportunidades, se gastaron todas como se consume una vela y ya no vuelve a prender porque desapareció la cera. 

Hubiese sido una gran semana, mejor de lo que lo está siendo, está San Juan, la feria de barrio, un fin de curso ajetreado, comidas y celebraciones. Pero como digo, hay oportunidades perdidas y nunca devueltas. Y es que esta lo fue. Así que ya si, se puso el punto y final. Se terminó. Porque guardar la esperanza está bien, pero llega un momento en el que entiendes que guardar la esperanza junto a la espera, eso solo hace daño. 

lunes, 15 de junio de 2015

We're giving up on us

Hay veces que te das cuenta que la vida ha corrido más que tú. Y es que llegas tarde a todo, a lo importante y a lo simple, sin importar que tanto intentos hagas de correr un sprint. Lo que quedó atrás no tiene vuelta y con ello todos esos sueños que ahora si no están rotos, están guardados en un lugar de esos que intentamos no tocar para que no duela. 

Pero claro, en ese momento encuentro todas esas palabras que debería haber dicho y no diré. No perdamos el tiempo en culpables, no tiene sentido, nada arreglará la historia que no fue. Pero haz algo por mí, mira mis fotos y dime si esa sonrisa mentía, si tu felicidad no era cierta o si todo lo que vivimos no era real. Nadie podrá borrar un viaje de locura, una tarta fría de congelador o un domingo de película y manta. 

Nos hemos robado el futuro y con ello sus infinitas oportunidades, aciertos y errores. Y contigo todo es diferente. No puedo odiarte, ni culparte, pero si enfadarme, me enfada que hayas tomado algunas decisiones sin pensar si estaría de acuerdo, que juegues a un juego al que no soy capaz de seguirte, que no hayas cogido y me hayas dicho todo eso que no dirás porque así eres tú, que hayas dejado mi vida plagada de recuerdos de ti. Y aún así no sé hacer recaer sobre ti la responsabilidad de esta decisión, porque yo decidí que sucediera así. Por que fue así y ya. Por que sea como sea "Gracias". 

miércoles, 10 de junio de 2015

Puta vida

Hoy no escribo por mí, sino por ti. Porque diré eso que tú callas y no expresas, esas palabras que se quedan dentro de ti y no piensas hablar con nadie, porque cuando me rechazas la llamada se que es dolor, miedo y lágrimas lo que oiré en el susurro de tu voz. 

Estoy enfadada, de hecho podría decir que rabiosa, como una bomba a punto de estallar, como esa olla exprés que está a punto de dar vueltas. Me he enfadado con el mundo, por mi y sobre todo por ti. Porque no mereces lo que te ha tocado, porque la vida me demuestra lo malditamente injusta que es. La vida es puta y te ha tocado una de esas jugadas que nadie quiere y parece que siempre tocan de lejos. 

Pero no estás sola, estás rodeada de gente, esa a la que no le coges el teléfono y aún así no por ello ha dejado de llamar y hacer que se ilumine la pequeña pantalla con tantos nombres para que te acuerdes que están ahí. Y es ahora, que tengo ganas de decirte todo lo que significas para mí, decirte que aún guardo ese primer regalo que me hiciste hace ya más de 23 años, porque se que en cierto modo es unión a ti y a vosotros. 

Y es que no me importa que no seamos familia, porque la familia muchas veces se escoge, porque he tenido contigo lágrimas y millones de risas y momentos. Esos que aún tenemos que multiplicar. Mientras no paro de darle vueltas a la cabeza, me quedo con mi único pensamiento, y con las ganas de poder estar más cerca. 

martes, 9 de junio de 2015

Y si... gracias

Hay historias que acaban y aún no han empezado, no llegan a despegar y tocar el cielo, porque lo que creía cielo solo era brisa. Y me pregunto que habría sido el cielo para nosotros, si ni siquiera el roce de tus labios lo fue, el abrazo que me dabas lo era o las risas al unísono nos ayudaba a tocarlo. 

Y entonces me pregunto como será el futuro, nos veremos, nos sonreiremos y luego qué, quién parará todos esos recuerdos que asaltarán mi mente. Quién callara mis dudas cuando venga el temido "y si..." pero lo cierto es que mi historia se escribe así, sin conocer muchas respuestas, una receta con ingredientes varios sin conocer el resultado final. 

Y es que me embarqué dispuesta a naufragar y me veo ahora a la deriva. Necesito encontrar mi rumbo de nuevo sin ti, pero contigo, qué contradicción. Y es que no voy a dejar las maletas donde se guardan tus recuerdos, irán conmigo a un nuevo destino, y aunque cierre las puertas de un piso que no volveré a pisar o pasaré la página de un libro que no volveré a leer, serán recuerdos que van adheridos a mi piel. 

No permitiré que se me borre la sonrisa si revivo algo que me haga evocarte, porque lo nuestro no ha sido una historia de barra, ni fugaz como estrella en el cielo. Porque no mido el tiempo en horas, sino en latidos, en momentos y risas.