sábado, 2 de noviembre de 2013

Enfados y alegrías

Cuando el enfado domina por regla general tu estado de ánimo entiendes que ha llegado un momento decisivo donde tienes que tomar algún nuevo cambio o rumbo en tu vida guiado desde tu reflexión y que debe ser tomado en frío y no con ese calor interno que te hace querer chillarle a algunas personas más de una verdad a la cara.

Entiendes que hay cosas injustas y que esa injusticia ha recaído sobre ti, que te critican y juzgan si tu haces algo, pero que la otra persona se ve con todo el privilegio y derecho de hacerlo. No entiendes porque suceden las cosas y por más que lo intentas menos sentido le ves. 

Estás tan enrabiada que tienes ganas de llorar por impotencia y coraje. Porque nada de lo que está pasando era lo que querías y porque no sabes como salir de esta situación. Esperas que sea momentáneo apenas una mala racha en tu vida y salir de eso.

A cambio, a cambio hay que buscarle siempre el lado positivo. Y es que la gente que ya estaba en tu vida está aún más cerca de ti, que la debilidad de relaciones que tenias con otras personas ahora se han reforzado, que aparece gente nueva en tu vida y que todos los días hay algo por lo que sonreír. 

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