miércoles, 24 de abril de 2013

Una pequeña casualidad

Estás en el momento equivocado, en el sitio equivocado, escuchando lo que no debe llegar a tus oídos y traspasa hasta tocarte el alma. Lo que se llama una pequeña casualidad. Vueltas, vueltas y más vueltas. Tu cabeza es un torbellino de ideas, no sabes que hacer, no sabes como reaccionar. 

Esperar, muchas veces la solución es esperar. Pero ¿Y si nunca te han enseñado a esperar? De todas formas te da igual la espera, no quieres que llegue. ¿Dónde está ese botón que para el tiempo? Lo echo de menos a pesar de nunca conocerlo. 

Y entonces es cuando te preguntas ¿así es la vida, no? Y si no lo es, aprendemos a que sea. Un palo tras otro y el anterior dolerá menos que el de ahora. Pero el de ahora se deja sentir. Quizás mañana me acostumbre, quizás mañana no pese tanto o tal vez ni siquiera vea que está ahí, pero ahora ha dejado caer todo su peso como una losa. Y ahí estoy aguantando hasta que venga alguien y de un último golpe o haga pedazos lo que hoy no me deja dormir. 

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