miércoles, 10 de junio de 2015

Puta vida

Hoy no escribo por mí, sino por ti. Porque diré eso que tú callas y no expresas, esas palabras que se quedan dentro de ti y no piensas hablar con nadie, porque cuando me rechazas la llamada se que es dolor, miedo y lágrimas lo que oiré en el susurro de tu voz. 

Estoy enfadada, de hecho podría decir que rabiosa, como una bomba a punto de estallar, como esa olla exprés que está a punto de dar vueltas. Me he enfadado con el mundo, por mi y sobre todo por ti. Porque no mereces lo que te ha tocado, porque la vida me demuestra lo malditamente injusta que es. La vida es puta y te ha tocado una de esas jugadas que nadie quiere y parece que siempre tocan de lejos. 

Pero no estás sola, estás rodeada de gente, esa a la que no le coges el teléfono y aún así no por ello ha dejado de llamar y hacer que se ilumine la pequeña pantalla con tantos nombres para que te acuerdes que están ahí. Y es ahora, que tengo ganas de decirte todo lo que significas para mí, decirte que aún guardo ese primer regalo que me hiciste hace ya más de 23 años, porque se que en cierto modo es unión a ti y a vosotros. 

Y es que no me importa que no seamos familia, porque la familia muchas veces se escoge, porque he tenido contigo lágrimas y millones de risas y momentos. Esos que aún tenemos que multiplicar. Mientras no paro de darle vueltas a la cabeza, me quedo con mi único pensamiento, y con las ganas de poder estar más cerca. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario