Esta era la última oportunidad, pero claro supongo que sólo lo era para mí. Se acabó el tiempo en este sofa, dormir en una cama de matrimonio, paseos oliendo a mar y películas en una televisión. Ya no hay más oportunidades, se gastaron todas como se consume una vela y ya no vuelve a prender porque desapareció la cera.
Hubiese sido una gran semana, mejor de lo que lo está siendo, está San Juan, la feria de barrio, un fin de curso ajetreado, comidas y celebraciones. Pero como digo, hay oportunidades perdidas y nunca devueltas. Y es que esta lo fue. Así que ya si, se puso el punto y final. Se terminó. Porque guardar la esperanza está bien, pero llega un momento en el que entiendes que guardar la esperanza junto a la espera, eso solo hace daño.
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