viernes, 4 de septiembre de 2015

Estaciones

Siempre me ha gustado el verano, de hecho, se trata de mi estación del año favorita, tal vez porque desde que era chica lo asociaba a las vacaciones del colegio, además de porque hay que llevar menos ropa, la gente se muestra más alegre, es época de reencuentros, de viajar, de conocer sitios nuevos y de salir de la rutina que nos marcamos durante el resto del año. 

Pero ello no quita que no me guste el invierno. Es agradable dormir calentito sabiendo que fuera hace más frío, salir a la calle y que se te hiele la nariz o incluso es divertido entrar a un supermercado y que las gafas se te empañen por el calor que hace dentro al contraste con las gélidas temperaturas exteriores y no puedas ver nada por segundos, además de tomarte un chocolate caliente, un café o algo, mientras ves una película con una manta por encima. 

Y no me olvido de la primavera, ni del otoño. Esa primavera que adorna todo de color, creciendo nuevas flores, y ese otoño que lo tiñe todo de un color marrón, creando alfombras de hojas secas por las calles... pero que sin embargo no puedo disfrutar en el sitio donde vivo, porque aquí saltamos del verano al invierno y tenemos un solo día de tránsito entre una cosa y otra. A veces como ahora echo de menos poder vivir eso, usar la ropa de entretiempo que se acumula nueva en mi armario porque no da tiempo para usarla, quisiera poder salir con una manga al codo o una chaquetilla sin más. 

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