Recuerdo que hace mucho tiempo vi una película, de la cuál no recuerdo ahora el nombre, que se basaba en las señales y en el destino. La historia versaba sobre una pareja que deciden casarse a pesar de no llevar nada de tiempo juntos y no conocer a sus familias. El caso es que al final de la pelicula un hombre le dice al protagonista que abra los ojos y mire las señales que hay a su alrededor porque eso le dirá el camino correcto que debe tomar.
Aún no estoy muy segura de que las señales existan, pero creo que cuando nos pasa algo a lo que encontramos sentido, algo que para nosotros no es insignificante, eso realmente es ya parte de nuestra vida. A veces es cierto que perdemos oportunidades por no llevar los ojos bien abiertos y prestar atención a las cosas, pero otras cuando llegas a verlas incluso sonríes o te ayudan a tomar una decisión.
No importa como, yo vi una señal muy clara los otros días. Dónde menos lo esperaba, cuando menos lo esperaba y lo que menos esperaba se puso frente a mí. Y cuando estoy segura que para otra persona no tenía significado para mí la tuvo y demasiada. Y es que finalmente son los pequeños detalles los que marcan la diferencia.
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