sábado, 16 de marzo de 2013

Reflexiones

Ayer viví una de esas pocas noches mágicas en las que detienes tu vida y miras a tu alrededor y dentro de ti. Una de esas noches en las que echas el ancla y detienes tus pasos en el mismo sitio pero diferente puerto que el resto de personas que te acompañan. Había muchas caras conocidas, otras totalmente nuevas y que tuve que conocer y otras que al cerrar los ojos puedo verlas en mi memoria. 

Te sientas, te paras y reflexionas. Cierras los ojos, respiras y piensas. Te relajas, escuchas y meditas. Recuerdas tu pasado, miras tu presente e imaginas tu futuro. Te paras y te preguntas, que quiero y qué quiero hacer, donde voy y que hago para conseguirlo. ¿Tengo sueños? ¿Cuáles son? ¿He cometido errores? ¿Qué he hecho bien? ¿Cómo he llegado hasta aquí? 

Y todo esto a la vez compartiendo experiencias, momentos y vivencias con muchas más personas que están ahí haciendo lo mismo que tú, pero cada una con su historia, sus problemas, sus sueños y su personalidad. Así es como te das cuenta que cada persona tiene un camino que recorrer y que cada paso dado es uno que das en tu vida. Y que todos tenemos que seguir hacia delante porque aunque haya habido heridas, la vida sigue y tienes que aceptarlo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario