martes, 27 de marzo de 2012

Sonrisas de niño


Me encanta esos momentos en los que eres tan feliz que tu sonrisa es como la de un niño. En la que tus ojos brillan más que el sol, en los que no puedes dejar de sonreír y no importa que te duela la cara, aún así eres feliz. 

Me encanta esa media sonrisa que aparece en la cara, esos ojos que se agrandan cuando ríes realmente mucho o como se achican cuando simplemente se sonríe por algo que no tiene importancia pero que sin duda a ti te hace feliz.

Me encanta también que cuando no estoy atenta y me giro a un lado pueda ver a alguien sonreír. Porque la risa es contagiosa, porque si alguien sonríe soy capaz de relajarme, de olvidar por segundos cualquier cosa que mantenga ocupada mi mente y simplemente devolver la sonrisa. 

Me encanta esa sonrisa que se expresa por los ojos. Mirar a los ojos de alguien y verlos relucir, verlos felices, llenos de vida, llenos de luz. Ver que se está lleno de felicidad, que el color de los ojos te diga lo que siente. Que la expresión de la mirada sea mayor que la expresión de la cara. 

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