viernes, 11 de noviembre de 2011

Amigos

Ayer llegó a mis manos una imagen que me hizo reflexionar sobre qué son realmente los amigos, quiénes lo son y porqué es así. La imagen de la que hablo es muy simple, pero el trasfondo en la frase que la acompaña está llena de verdad y significado para mí.


Un amigo para mí es alguien tan importante como puede serlo mi familia o a veces, incluso más. La familia no se elige, simplemente naces y ya la tienes, pero los amigos sí. Disponemos de libertad para dejarlos pasar a un terreno más personal y profundo, de mostrarle tu confianza, de hacerles saber que estás ahí para el momento en que te necesiten y a su vez saber que eso es recíprocos. 

Mis amigos no son todos iguales, ni tampoco son muchos. Ciertamente, verdaderos amigos, se cuentan con los dedos de una mano y me sobran dedos, no necesito más. Ahora mismo tengo la suerte de tener en mi vida a dos personas que más allá de amigas son hermanas. Por supuesto, cada una a su manera. Ninguna es igual a la otra, no se parecen en nada, una rubia y otra morena, una más seria que la otra, una más reflexiva, una más cauta, y así un largo etc. de cosas que pueden hacerlas sumamente diferentes. 

Pero ellas, cada uno a su modo, me da lo que necesito para poder llamarlas amigas. Me dan siempre su confianza ciega, me escuchan cuando lo necesito, me regalan una sonrisa en momentos que sin yo saberlo, la espero más que nunca, me apoyan y me dicen lo que piensan de frente, si algo no les parece bien también han sabido decírmelo, con pequeños detalles me han hecho la chica más feliz del mundo, han contado conmigo en momentos buenos y malos, no se olvidan de una fecha y si lo hacen tienen un motivo que lo justifica y en definitiva cuando yo las necesito están ahí, sea como sea, a la hora que sea y en el rincón del mundo en el que estén, están para mí. 

Hoy confundimos un colega, con un amigo y es un gran error. Tengo la suerte de conocer a muchísima gente y llevarme bien con un montón, pero el pasar un buen rato con alguien no lo convierte en mi amigo. No nos engañemos, es muy fácil encontrar a alguien para compartir unas risas, lo difícil está en encontrar a la persona para compartir unas lágrimas y no arrepentirse por ello, ni sentirse indefenso. Cuando se tiene a esa persona donde es igual la sonrisa, la lágrima o el silencio, entonces podemos hablar de amigo. 

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