jueves, 24 de noviembre de 2011

Fotografías

Hay a quienes no les gustan aparecer en una fotografía, hay a quiénes les apasiona una cámara y hacer cientos de fotos, hay quienes se pasarían horas mirando fotos, hay quienes les encanta el objetivo de una buena o mala cámara e inmortalizarse, y hay quienes cómo yo, no siempre llevan una cámara pero que les gusta una foto porque inmortalizan los detalles que no recordaríamos si no fuese por esa instantánea.

Desde que he nací, he tenido unión con el mundo de la fotografía y disfruto de un sin fin de fotos de mi infancia, debido a la profesión de uno de mis abuelos. En mi casa hay cámaras antiguas, maquinaria de revelado, fotos que a pesar del tiempo siguen rememorando viejos tiempos, en definitiva una unión a este mundo. 

Cuando pasan los años, los recuerdos que atesoramos se distorsionan, pero una foto no. Las fotos permiten devolver momentos ya olvidados, refrescar situaciones ya vividas y sonreír inesperadamente por momentos que vivimos al 100% en algún momento de nuestra larga o corta vida, y que merecieron la pena. 

Las fotos que más me gustan, son las que hacemos cuando otro no la espera, cuando se capta realmente la personalidad de alguien, cuando nadie dice "foto" y todos repetimos y hacemos las mismas poses una y otra vez. Por que una foto que atrape tu reflejo, atrapa tu personalidad. Porque una foto hay veces que puede hacer desaparecer las barreras de alguien y exponer sus pensamientos, su estado de ánimo y además de ello influir en quién la ve después. 

Una fotografía puede ser sólo papel o representar un todo con lo que ha captado. Una fotografía es algo especial, porque no habrá nunca dos fotos iguales, ni dos fotos que provoquen el mismo sentimiento. La fotografía es un tesoro, que atesora recuerdos. 

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