miércoles, 8 de febrero de 2012

Voluntariado

Me gusta ser voluntaria. Es algo que creo que siempre he sentido y que siempre he querido hacer. Desde pequeñita me gustaba ayudar a la gente, después de mas grande lo seguía haciendo y sólo porque me gusta recibir ese gracias y esa sonrisa de saber que todo ha servido para algo. 

La gente se cree que ser voluntaria, es no recibir nada a cambio, pero están muy equivocados. Es cierto que no se recibe ninguna remuneración económica, pero se recibe sonrisas, abrazos y besos, miradas agradecidas y muchísimo cariño. Que un niño de solo 3 años, llegue corriendo a darte un besito y decirte, me voy a mi casa, muchas gracias por jugar conmigo, es algo que no tiene precio. 

Hace cosa de unos meses entré a formar parte de Cruz Roja con toda mi ilusión, pero hoy... ya no existe ese sentimiento que tenía al principio. Alguien me dijo una vez "se deja de ser voluntario cuando se siente obligación" pues bien, algo así es lo que me pasa. He aceptado muchas cosas, para sacar adelante muchos proyectos y ahora me veo agobiada, atada de pies y manos y con muchísimas cosas que hacer la semana que viene, a la otra y así durante un mes. Seguro que cuando todo termine estaré feliz de haber colaborado y participado en cada una de las intervenciones, pero justo ahora no hago más que pensar en que abandonarlo todo sería una buena idea. Mi moral no me deja, con lo cuál seguiré adelante con todo esto, sonreiré y seré feliz por ello, en la medida de lo posible, porque seguiré creyendo que ayudar de forma desinteresada es de las mejores cosas que hay en esta vida.

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