Cuando era bien pequeñita, tenía un diario. Recuerdo que me lo regaló mi prima para un cumpleaños y que cuando me acordaba lo usaba, pero hacía mayor función de horario que de lo que realmente es. Apuntaba a la hora que desayunaba, iba al colegio, a natación o a gimnasia rítmica.

Tiene tal importancia como un diario. Dejarla, es dejar un poquito de mí, que sepan como ha sido el día a día. Si alguien escribiese en ella será porque confío con los ojos cerrados y no me importa que sepa un poquito más de mí, ni lo que pueda poner. Si la dejo... esa persona seguro que será especial. Estoy 100% segura de ello. Mientras tanto, voy a seguir escribiendo día a día, lo que me pasa, lo que pienso, lo que creo, lo que me ocurre, para que cuando pase el tiempo pueda recordar las fechas importantes. Y así no olvidar lo verdaderamente importante nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario