Ha sido un fin de semana muy largo. Todo el fin de semana agobiada y por una única razón. Exámenes. Bueno, más bien sólo se ha tratado de una misma prueba, pero que he tenido que realizar en dos días: sábado y domingo. Con lo cuál mi fin de semana se reduce a la concentración de un agobio preprueba, cuando yo nunca anteriormente me había puesto así.
El motivo es que realmente a mí me da igual aprobar o no este examen, es más, ni siquiera me preocupa mucho aprobarlo ahora o aprobarlo en un segundo intento (Junio). Lo que me preocupa realmente es no alcanzar la nota necesaria para pasarlo y decepcionar a la gente que me rodea y que ha creído en mí.
Estoy segura de que si pasa esto, me dirán que no me preocupe, que puedo volver a presentarme, que siempre tendré otra oportunidad, que ellos saben que yo lo he intentando. Puede que todo eso sea verdad, pero no hace que yo vaya a sentirme mejor. Porque se supone que yo ya he pasado esta prueba anteriormente y no pasarla ahora es sinónimo de que algo está fallando.

Sea como sea, los exámenes ya están hechos y terminados. Ahora sólo toca esperar los resultados.
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