lunes, 16 de enero de 2012

Gimnasia Rítmica

El tiempo no se detiene para nadie, sigue imparable su curso como el agua del río. Hoy soy un poco más consciente de ello. Los motivos puede ser varios; ahora tengo mis propios problemas y responsabilidades, conduzco horas al coche, en lugar de sentarme en las rodillas de mi padre y fingir que conduzco, quedo con amigos después de trabajar o en fines de semana para compartir un buen momento, he cambiado jugar con la gameboy o con una muñeca, por hacer programaciones y sesiones de clase y encima de todo en inglés y soy capaz de distinguir entre compañeros, conocidos, amigos y muy buenos amigos. 

En definitiva todo se traduce en lo mismo, he crecido y hoy al llegar a casa he visto algo que me lo ha recordado de golpe. Un album de fotos abierto en unas páginas donde una personita de lo más parecida a mí, aparecía con unas mayas y un pelo bien arreglado y engominado, en unas figuras que hoy yo sería incapaz de volver a realizar. 

Fotos que recuerdan competiciones antiguas de gimnasia rítmica, sueños e ilusiones que me acompañaban antes y que ahora simplemente quedaron situadas en un pasado. Y todo ello inmortalizado en esas imágenes que demuestran que podía hacer grandes cosas, cosas de las cuál hoy siento cierta envidia por ser incapaz, pero feliz de saber que he en su momento he podido hacerlo. Recuerdo esos nervios previos a salir sola o acompañada para realizar la coreografía, esa pelota que me acompañaba, esos primeros pasos de muchas coreografías, esa cuenta en mi cabeza para no perder el ritmo, esa satisfacción de saber que finalmente había terminado y no importarme ganar o perder, y esos abrazos de mi familia para felicitarme por los resultados. Sin duda muy buenos recuerdos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario